Lebiam necesita comprarse unos zapatos para ir a la escuela. En su tiempo libre se va al campo a cazar ratones para venderlos en el mercado y conseguir algún dinero. Desde que sus padres murieron de
SIDA, Lebiam ha aprendido a sobrevivir solo. En su aldea, Chimteka,
Malawi, la mitad de los niños son
huérfanos. Pero la comunidad no ha abandonado a los niños. Los vecinos se han unido para construir una escuela, alimentar a los huérfanos y cuidar a los enfermos. Una aldea valiente que se rebela contra la plaga del SIDA.
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